4. No todo tiene que ser trabajo y disciplina

Hoy quiero compartir una idea que me parece fundamental y que rara vez se dice: no todo tiene que ser trabajo, planificación y disciplina a la hora de construir un hábito.

HÁBITOS

MARU PEREZ

5/7/20252 min read

De todos los libros de hábitos y neurociencia que leí, nunca encontré un autor que profundice en el concepto de disfrutar y sentir placer en la actividad que queremos incorporar.
Si ya dijimos que al cerebro le gusta repetir acciones que generan placer con el menor esfuerzo posible,
¿por qué no proponerle actividades que justamente lo hagan sentir bien?

¿Qué diferencia a las personas que disfrutan de entrenar de quienes lo odian? ¿Es algo en su ADN? ¿Es genética?

No hay dudas de que cada persona es única, y que la personalidad influye mucho en qué nos resulta placentero. Pero también somos el resultado de lo que traemos en nuestras células y de nuestras experiencias previas.
Si odiaste las clases de educación física escolar porque el ejercicio era castigo, es probable que aún asocies el entrenamiento con algo negativo.
Si solo construiste la idea de entrenar como un medio para “verte mejor”, probablemente se te escape todo lo demás que sí mejora: lo físico, lo mental, lo emocional.

Pero todo eso puede transformarse.

Si cambiamos el rótulo que tenemos asociado al ejercicio: de castigo, dificultad y estética... a movimiento, salud, vitalidad, energía y posibilidad.
Si elegimos un tipo de movimiento que se adapte a nuestro cuerpo y a nuestras necesidades reales.
Si entendemos que moverse no es una obligación, sino una función natural de estar vivos.

No siempre se trata de planificar o automatizar.
No todo es disciplina.
Te lo prometo: va a llegar ese día en el que muchas de tus decisiones vengan desde un lugar mucho más genuino: el del disfrute.
Hacerte sentir eso, Fusionero, es nuestro propósito.

Ejercicio mental: Traé a la mente un momento en el que hayas sido constante entrenando.
¿Cómo te sentías? ¿Qué sensación te dejaba una clase? ¿Sentiste ese extra de energía física y mental después de entrenar?

Y si hay algo que me parece clave, es esto:
no disfrutamos movernos porque estamos desconectados de nuestro cuerpo.

Vivimos en la cabeza. Pensamos, analizamos, nos exigimos. Pero no sentimos.
Vamos por la vida en automático, sin registrar si el cuerpo está tenso o relajado, si nuestra respiración es agitada o calma, si hay dolor, frío, calor.
No nos damos cuenta de nada... hasta que algo duele.

Estanislao Bachrach, en ZenzorialMente, propone una reconexión entre cuerpo y mente a través de los sentidos.
Respirar, observar, tocar, sentir, registrar. No como algo místico, sino como una forma concreta de estar presentes.

Y el entrenamiento puede ser una oportunidad maravillosa para eso.
No hace falta un retiro ni una app.
Solo tenés que prestarte atención.

📌 Te propongo algo simple:
En tu próxima clase, probá la práctica sensorial.
No pienses en rendir. Pensá en sentir.
Escuchá tu respiración. Notá el calor del cuerpo. Registrá cada movimiento.
No importa si lo hacés al ritmo de la clase.
Concentrate en tus músculos. Enviales una señal consciente.
Descubrí cada paso que compone un ejercicio. Observá tensión, alivio, placer, incomodidad. Todo vale.

Porque cuanto más te sentís, más presente estás.
Y cuanto más presente estás, más fácil se vuelve disfrutar.
Ya no entrenás contra tu cuerpo. Lo hacés con él.

💥 Habitar tu cuerpo.
Ese, Fusionero, es el hábito más revolucionario de todos.